Si has solicitado una excedencia voluntaria y te has dado cuenta de que no quieres reincorporarte a tu puesto de trabajo, puede que te preguntes qué consecuencias tiene tu decisión y qué alternativas existen. En este artículo te explicamos todo lo que debes saber sobre las excedencias voluntarias, los derechos y obligaciones que tienes como trabajador, y las posibilidades que se abren ante ti si decides no volver a tu empresa.
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¿Qué es una excedencia voluntaria?
Una excedencia voluntaria es un derecho que tienen todos los trabajadores con al menos un año de antigüedad en la empresa, que consiste en suspender temporalmente la relación laboral con el empleador, sin perder el vínculo contractual. Es decir, el trabajador deja de prestar servicios y de percibir salario, pero mantiene su puesto de trabajo reservado durante un plazo determinado.
El plazo mínimo de una excedencia voluntaria es de cuatro meses y el máximo de cinco años, y el trabajador solo puede solicitarla una vez cada cuatro años. La empresa no puede negarse a concederla si se cumplen los requisitos, pero tampoco está obligada a pagar ninguna indemnización ni finiquito al trabajador que se acoge a ella.
¿Qué derechos tengo si estoy de excedencia voluntaria?
El principal derecho que tiene el trabajador que se encuentra en excedencia voluntaria es el de reincorporarse a su puesto de trabajo o a uno de igual o similar categoría cuando finalice el periodo de excedencia. Sin embargo, este derecho no es absoluto, sino preferente, lo que significa que depende de que exista una vacante en la empresa.
La empresa puede cubrir el puesto del trabajador en excedencia con otro empleado, ya sea temporal o indefinido, siempre que lo haga antes de que el trabajador solicite su reincorporación. En ese caso, el trabajador en excedencia tendrá que esperar a que haya una vacante disponible para poder volver.
Para ejercer el derecho a la reincorporación, el trabajador debe comunicar a la empresa su intención de volver con al menos 15 días de antelación al fin del periodo de excedencia. Si no lo hace, la empresa puede entender que renuncia a su puesto y dar por extinguido el contrato.
¿Qué pasa si no quiero incorporarme tras una excedencia?
Si has estado de excedencia y has decidido que no quieres volver a tu empresa, lo más conveniente es que se lo comuniques por escrito con la debida antelación, para evitar malentendidos y posibles sanciones. Al hacerlo, estarás renunciando voluntariamente a tu puesto de trabajo y a tu antigüedad en la empresa, sin derecho a indemnización ni prestación por desempleo.
No obstante, puede haber algunas situaciones en las que sí puedas acceder al paro tras una excedencia voluntaria. Por ejemplo:
- Si durante la excedencia has trabajado para otra empresa y has cotizado al menos 360 días en los últimos seis años.
- Si durante la excedencia has sido víctima de violencia de género o doméstica y tienes que dejar tu trabajo por ese motivo.
- Si durante la excedencia has sido elegido para un cargo público o sindical incompatible con tu trabajo.
En estos casos, tendrás derecho a solicitar la prestación por desempleo siempre que cumplas los requisitos generales y solicites el reingreso a tu empresa antes de pedir el paro. Si la empresa te deniega la reincorporación por falta de vacantes o por cualquier otra causa justificada, podrás acceder al paro como situación legal de desempleo.
¿Qué opciones tengo si no quiero volver y se me acaba la excedencia?
Si estás de excedencia y no quieres volver a tu empresa, puede que te plantees cambiar de trabajo o dedicarte a otra actividad profesional. En ese caso, tienes varias opciones para orientar tu futuro laboral:
- Buscar otro empleo: puedes aprovechar el tiempo de excedencia para buscar ofertas de trabajo que se ajusten a tu perfil profesional y a tus expectativas salariales. Si encuentras un empleo que te interese, puedes renunciar a tu excedencia y empezar a trabajar en otra empresa.
- Formarte: puedes utilizar el periodo de excedencia para ampliar tus conocimientos y competencias profesionales, realizando cursos, másteres, idiomas o cualquier otra formación que te ayude a mejorar tu currículum y a acceder a mejores oportunidades laborales.
- Emprender: puedes aprovechar la excedencia para poner en marcha tu propio negocio o proyecto profesional, ya sea como autónomo o como socio de una empresa. Si tienes una idea de negocio, un plan de viabilidad y los recursos necesarios, puedes emprender tu propia aventura empresarial.
- Cuidar de un familiar: puedes solicitar una excedencia por cuidado de un familiar, que es un tipo de excedencia voluntaria que se concede cuando el trabajador tiene que atender a un hijo menor de 12 años, a un familiar hasta el segundo grado de consanguinidad o afinidad que no pueda valerse por sí mismo, o a una persona con discapacidad que no desempeñe una actividad retribuida. Esta excedencia tiene una duración máxima de tres años y da derecho a la reserva del puesto de trabajo y al cómputo de la antigüedad.
Te recomendamos la lectura de este artículo en el que explicamos los pros y contras de pedir una excedencia voluntaria, qué implica y cuáles son las condiciones.
Estoy de excedencia y no quiero volver
En conclusión, si te encuentras en una situación de excedencia voluntaria y no deseas volver a tu empresa, existen distintas opciones que puedes considerar para orientar tu futuro laboral. Es importante tener en cuenta tus derechos y obligaciones como trabajador en excedencia, así como las posibilidades que se abren ante ti.
Si decides no volver a tu empresa, es fundamental comunicarlo por escrito con la debida antelación para evitar malentendidos y posibles sanciones. En este caso, renunciarías voluntariamente a tu puesto de trabajo y antigüedad en la empresa, sin derecho a indemnización ni prestación por desempleo. Sin embargo, hay algunas situaciones en las que podrías acceder al subsidio por desempleo, como haber trabajado para otra empresa durante la excedencia y haber cotizado al menos 360 días en los últimos seis años, ser víctima de violencia de género o doméstica, o haber sido elegido para un cargo público o sindical incompatible con tu trabajo.
Si no quieres volver y se acaba tu período de excedencia, tienes varias opciones para orientar tu futuro laboral. Puedes buscar otro empleo, aprovechando el tiempo de excedencia para encontrar ofertas de trabajo que se ajusten a tu perfil profesional. También puedes dedicar este tiempo a formarte, ampliando tus conocimientos y competencias profesionales.
Otra opción es emprender tu propio negocio o proyecto profesional, ya sea como autónomo o como socio de una empresa. Además, puedes solicitar una excedencia por cuidado de un familiar, cuando necesites atender a un hijo menor de 12 años, a un familiar hasta el segundo grado de consanguinidad o afinidad que no pueda valerse por sí mismo, o a una persona con discapacidad que no desempeñe una actividad retribuida