¿Se puede trabajar con el supraespinoso roto? Todo lo que debes saber

El supraespinoso es uno de los cuatro músculos que forman el manguito rotador, un conjunto de tendones que rodean la articulación del hombro y le dan estabilidad y movilidad. El músculo supraespinoso tiene la importante función de elevar el brazo hacia los lados y rotarlo externamente. Cuando este músculo sufre una lesión, pueden manifestarse síntomas como dolor, inflamación, limitación del movimiento y debilidad en la zona del hombro.

La rotura del supraespinoso es una de las lesiones más comunes que afecta al manguito de los rotadores. Esta lesión puede ser el resultado de un trauma directo, como una caída o un golpe, o bien de un desgaste gradual ocasionado por el envejecimiento, la sobrecarga muscular o movimientos repetitivos. Según la extensión y la profundidad del daño, la rotura puede ser parcial o completa.

¿Qué síntomas produce la rotura del supraespinoso?

Los síntomas más comunes de la rotura del supraespinoso son:

  • Dolor en la parte superior y lateral del hombro, que se irradia hacia el brazo y se intensifica con los movimientos de elevación o rotación.
  • Aumento de la inflamación y sensibilidad al tacto en la región afectada.
  • Limitación de la movilidad y rigidez en el hombro, especialmente al levantar el brazo por encima de la cabeza o al realizar movimientos detrás de la espalda.
  • Disminución de la fuerza y debilidad en el brazo lesionado.
  • Chasquidos o crujidos al mover el hombro.

¿Cómo se diagnostica la rotura del supraespinoso?

Para diagnosticar la rotura del supraespinoso, el médico realizará una exploración física del hombro, evaluando el rango de movimiento, la fuerza, la sensibilidad y la presencia de signos de inflamación. Además, podrá solicitar pruebas de imagen como una radiografía, una ecografía o una resonancia magnética, que permitirán visualizar el estado del músculo y el tendón.

¿Qué tratamiento tiene la rotura del supraespinoso?

El tratamiento de la rotura del supraespinoso dependerá de la gravedad de la lesión, la edad y el nivel de actividad del paciente, y sus expectativas de recuperación. En general, se puede optar por un tratamiento conservador o quirúrgico.

Tratamiento conservador

El enfoque terapéutico conservador tiene como finalidad aliviar el dolor, disminuir la inflamación y mejorar la funcionalidad del hombro. Consiste en:

  • Reposo relativo: se debe evitar los movimientos que provoquen dolor o empeoren la lesión, pero sin inmovilizar completamente el hombro para prevenir la rigidez.
  • Terapia de frío: se puede utilizar compresas frías en el hombro durante aproximadamente 15 minutos varias veces al día con el fin de reducir la inflamación y aliviar el dolor.
  • Medicación: los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINEs), como el ibuprofeno o el naproxeno, pueden ser utilizados para disminuir el dolor y la inflamación. En casos más severos, se pueden considerar infiltraciones de corticosteroides o plasma rico en plaquetas (PRP) para mejorar los síntomas.
  • Fisioterapia: se pueden realizar ejercicios específicos para fortalecer los músculos del manguito rotador y mejorar la movilidad y la estabilidad del hombro. También se pueden emplear técnicas como masajes, electroterapia o ultrasonidos para favorecer la cicatrización del tejido lesionado.

Tratamiento quirúrgico

El tratamiento quirúrgico está indicado cuando el tratamiento conservador no es suficiente o cuando la rotura es completa o afecta a más de un tendón. Consiste en reparar el tendón roto mediante una técnica mínimamente invasiva llamada artroscopia. La artroscopia consiste en introducir una cámara pequeña y unos instrumentos quirúrgicos a través de unas incisiones diminutas en el hombro. Mediante esta técnica se realiza una limpieza del tejido dañado, se sutura el tendón roto y se fija al hueso afectado.

La cirugía, que puede requerir anestesia general o regional, tiene una duración promedio de una a dos horas. Después de la intervención, el paciente debe utilizar un cabestrillo durante algunas semanas y seguir un programa de rehabilitación bajo la supervisión de un fisioterapeuta. El tiempo de recuperación completo puede variar de cuatro a seis meses, dependiendo de la gravedad de la lesión y la respuesta del paciente al tratamiento.

¿Se puede trabajar con el supraespinoso roto?

La respuesta a esta pregunta dependerá del tipo de trabajo que se realice y del grado de afectación del hombro. Si el trabajo implica levantar objetos pesados, hacer movimientos repetitivos o forzar el brazo por encima de la cabeza, es probable que se tenga que tomar un tiempo de baja por una rotura parcial del tendón supraespinoso o por una rotura completa. El tiempo de baja variará según la evolución de la lesión y el tratamiento que se siga, pero puede oscilar entre unas semanas y varios meses.

Si el trabajo no requiere un esfuerzo físico importante, se puede intentar adaptar las tareas para evitar sobrecargar el hombro lesionado. En este caso, se puede trabajar con el supraespinoso roto siempre que se respeten las indicaciones médicas y se siga un tratamiento adecuado. Sin embargo, es crucial que se consulte al médico antes de regresar a la actividad laboral, ya que es necesario evaluar los riesgos y las posibilidades en cada caso individualmente.

Consejos para prevenir la rotura del supraespinoso

Para prevenir la rotura del supraespinoso, se recomienda seguir estas pautas:

  • Hacer ejercicio regularmente para mantener los músculos del hombro fuertes y flexibles.
  • Realizar un calentamiento adecuado antes de participar en actividades deportivas o cualquier actividad que involucre el uso del hombro.
  • Evitar los movimientos bruscos, excesivos o repetitivos con el brazo.
  • Mantener una postura corporal adecuada al sentarse, caminar y dormir para preservar la salud del hombro.
  • Usar protección adecuada al realizar trabajos que puedan suponer un riesgo de traumatismo en el hombro.
  • Acudir al médico ante cualquier signo de dolor, inflamación o limitación en el hombro.

Como ves, la lesión del músculo supraespinoso es un trastorno común que afecta al manguito de los rotadores. Esta condición puede ser provocada por un traumatismo directo, como una caída o un impacto, o bien por un deterioro gradual debido al envejecimiento, la sobrecarga o los movimientos repetitivos.

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